Estimados señores:
Antes que nada lo bueno: mi reconocimiento a sus excelentes y resistentes motores, casi casi inmortales, fallan pero como el caballo blanco jadeando llegan al taller. Buen carro no puedo negarlo, pero mi mazda 5 me provoca sentimientos encontrados. Me ha echo la muy maldita las siguientes guarradas: ruidos infernales en suspensión al año de salida de la agencia, le he cambiado la bomba de gasolina 5 veces, fuga de aceite de dirección, bolsas de aire muertas, remplazo de cilindro maestro de frenos, soportes de motor, sistema ac fuera de servicio, fuga masiva en el intercambia…
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En un servicio que según la agencia le realizó me di cuenta que lo único que le hicieron fue lavar el motor para que aparentara un buen servicio pero ni los niveles le revisaron ni mucho menos cambiaron el aceite, este es el gran negocio de los empleados de mazda.