Se me ocurrió la fantástica idea de tocar una pestañita que había junto al mecanismo de cierre, procedí a cerrar la puerta y fue entonces cuando me entró el pánico al comprobar que la puerta ya no abría ni por dentro ni por fuera.
Baje el vidrio de la puerta en su totalidad, luego con una mano abri la puerta por fuera y al mismo tiempo tire el seguro y con mi cuerpo empuje la puerta y de repente se abrio, y lo volvi a poner en su lugar la pestañita