Este coche me produjo pesadillas. Montaba el mismo motor de 2.188 c. C. Que llevaban los Renault 21 y 25 TD y que había resultado bastante fiable. Tras una importante modernización, le incorporaron common raíl, 16 Válvulas y demás, y pasaba a rendir 150 CV, logrando atraer a pardillos como yo. El coche me encantaba y adicionalmente, incorporaba todos los extras habidos y por haber: arranque sin llave, apertura de puertas "manos libres", indicador de la presión de los neumáticos, ordenador "parlante", luces de Xenon, radar de proximidad trasero, etc... Y esos no eran más que aparatejos que tarde o temprano se terminaron por escacharrar y que sólo podían repararse en un concesionario Renault. Hasta las ruedas había que cambiarlas en un servicio oficial si querías que siguiera configurado el maldito indicador de presión de los neumáticos, que bien que se aprovecharon con los sartenazos que metían. Motor muy tragón, aunque silencioso, pero que se comía las ruedas a los 20.000 kilómetros y las pastillas de frenos a los 40.000 kilómetros. Y averías de todo tipo: caudalímetro, catalizador, cilindros, turbocompresor, aparte de todos artilugios electrónicos comentados anteriormente. Lo vendí a los 4 años, en 2006, harto ya de él. Lo siento por quien lo comprara de segundo mano, pues seguro que tuvo que llevarlo al desguace.