Tengo un Mazda CX-5 4WD DE2.2 150CV 6AT WG con matrícula 4356-JMK y, como corresponde a un abuelo de 64 años, mi conducción es muy tranquila. En este coche se han llevado a cabo puntualmente todas las revisiones de mantenimiento y estas siempre se han realizado en un servicio oficial Mazda.
Con 100.707 kms se ha tenido que reemplazar la pinza de freno trasera derecha con todo su accionamiento y, como consecuencia de su fallo, los 2 discos y las 2 pastillas traseras de freno, lo que ha supuesto un importe de 829,43 euros. Esta reparación se hizo en un servicio oficial Mazda. A mi pregunta a Mazda España si les parecía aceptable que un coche en estas condiciones sufriera esta avería, su respuesta ha sido que el coche está fuera de garantía y que esto es lo que hay.
Como tuve el problema en Laredo, en primera instancia me vi obligado, por primera vez en la vida del coche, a llevarlo a un servicio no oficial Mazda, ya que el servicio oficial más próximo estaba a 46 kms. Como no acertaron en el diagnóstico gasté otros 263,78 euros para nada. A mi pregunta a Mazda España si les parecía aceptable que en una zona tan poblada como el área de Laredo, Colindres y Santoña no hubiera un servicio oficial Mazda, su respuesta fue que 46 kms es “cerquita”.
Cuando les pregunté si les parecía razonable que un coche que se vende como versión Luxury “Fully Equipped”, no tuviera una opción tan básica como la de control de desgaste de las zapatas de freno, Mazda España ni siquiera me ha contestado.
Como consecuencia, mi opinión es que el coche es blando, la cobertura de servicio de Mazda en España insuficiente y la atención de Mazda España ante una reclamación insatisfactoria. En estas condiciones no puedo recomendar en absoluto a esta marca.